EL SISTEMA EDUCATIVO ESPAÑOL DE LAS CORTES DE CÁDIZ A LA LEY MOYANO.
v Las
Cortes de Cádiz y el Informe Quintana:
En
1812 fue proclamada la primera Constitución
Española, en la que se dedicaba un
artículo completo a la Instrucción pública. En ese artículo se mandaba abrir
escuelas de primeras letras, en todos los pueblos de la Monarquía, donde se
enseñase a leer, escribir y contar, a la vez que las verdades cristianas del
Catecismo y una síntesis de obligaciones civiles.
Se creó la Dirección General de Estudios, decretando la uniformidad de esa
instrucción y encargándose de cumplir con lo expuesto en el artículo y de la
estructuración educativa.
También
en el artículo 25 se expuso que en 1830 todos los españoles debían saber leer y
escribir.
Posteriormente
las Cortes encargaron a Manuel José
Quintana un documento sobre la organización de los estudios públicos. El
informe elaborado se conoce como Informe
Quintana aunque su verdadero nombre es Informe
de la Junta creada por la Regencia para propones los medios de proceder al
arreglo de los diversos ramos de instrucción pública. Este informe en
realidad es la recopilación de dos libros escritos por Condorcet. Se inspira en
el pensamiento político, filosófico y científico del francés, así como en la
organización de los estudios públicos. Pero aún con estas aportaciones existen
cosas diferentes como: la estatalización de la enseñanza, la ausencia de un
plan de igualdad, la presencia de una sensibilidad especial respecto a la
educación popular, la despreocupación por la mujer…
Quintana
se ajustó a las limitaciones de la Constitución y de la realidad ideológica,
económica, política e histórica de la España de 1813.
En
el Informe se exige un sistema de
instrucción pública digno y propio de un país libre. El objetivo de la
educación era crear perfectos ciudadanos
mediante la enseñanza de los derechos y obligaciones que se deben cumplir. Esta
instrucción debía ser uniforme, pública, gratuita y libre, impartiéndose en
castellano.
Se
establecieron tres niveles de enseñanza:
Primera enseñanza:
se impartía leer con sentido, escribir con claridad y ortografía buena, reglas
elementales de aritmética, dogmas de la religión y máximas buenas de crianza, y
los principales derechos y obligaciones de un ciudadano. Existía una escuela primaria por cada
quinientos vecinos.
Segunda enseñanza:
se preparaban para el estudio de ciencias de profesiones liberales. El
currículo se agrupaba en tres núcleos: Física y Matemáticas, Literatura y Arte,
y Ciencias morales y políticas. Existiría un centro de segunda enseñanza en
cada capital de provincia.
Tercera enseñanza: debería
impartirse en las universidades mayores. Sus estudios se reducían a Derecho y
Teología.
En
1814 este informe tomó expresión jurídica como Proyecto de Decreto, pero hasta 7 años más tarde no se legalizó
como Reglamento general de Instrucción
Pública. A partir de este momento se toma como punto de partida el
desarrollo del sistema y administración escolar.
v Inquietudes
educativas de las clases medias:
Con
la vuelta al poder del Monarca Fernando, se suprimió el Reglamento y todas sus
disposiciones para su desarrollo y ejecución. Se dictaron tres disposiciones
independientes entre sí que dejaban reguladas los tres tipos de enseñanza: el
universitario, el de Latinidad y Humanidades y el de enseñanza de primeras
letras. Por lo que se volvió al Antiguo Régimen.
Tras
la muerte de Fernando VII, se estrenaron libertades políticas que permitieron
volver del exilio a miles de españoles, se instauró un régimen económico liberal y social, donde apareció la clase
burguesa o clase media.
En
esta época se fijo un sistema escolar que respondía a una concepción burguesa
de la educación. Lo más importante es que para sus promotores la enseñanza
viene a ser asunto casi único de las clases poderosas, por ello la enseñanza
secundaria será el nivel de enseñanza más cuidado en su organización, textos,
currículo, financiación…
El
currículo de esta enseñanza secundaria para
burgueses estaba subordinado a la categoría
y profesión a la que se van a dedicar. Se impartía matemáticas, ciencias
naturales, latín, educación moral mediante el cristianismo, la instrucción y
formación religiosa. Además de contar con gramática, retórica, geografía e
historia.
En
paralelo a esta enseñanza secundaria, a la mujer
se la impartía una enseñanza elemental
centrada en su preparación como ama de casa y cultura general.
v La
primera Ley General de Instrucción Pública:
Hasta
llegar a la primera Ley General de Instrucción existieron tres planes:
Plan general de la
Instrucción Pública de 1836 en el que se define la enseñanza
secundaria como los estudios que son necesarios para completar la educación de
las clases acomodadas y se introduce la palabra Instituto para designar a los
centros donde se imparte esta enseñanza. Los maestros de estas escuelas se
forman en las Escuelas Normales y la Normal para profesores de secundaria. A su
vez este Plan crea el Consejo de Instrucción pública.
Plan de instrucción
primaria planteado provisionalmente de 1838: asienta las bases
de la institucionalización de la enseñanza primaria, se legalizan las escuelas
de adultos y se crean escuelas de párvulos, gracias a Pablo Montesino, quién
nos dejo el texto pedagógico más importante del siglo XIX.
Plan General de Estudios
de 1845: donde queda regulada la enseñanza universitaria y la
enseñanza media. Gil de Zárate caracterizó nuestro sistema escolar como
secular, centralista y uniforme dejando en manos del Estado la administración y
control educativo. En este plan se declara la libertad de enseñanza,
permitiendo la creación de centros privados siempre con el consentimiento
correspondiente concedido por el Estado.
Más
tarde en 1857 el Ministro de Fomento
Claudio Moyano, realizó una Ley de Bases, con la que “engaño” a las Cortes para
poder aprobar una ley educativa. Denominándola Ley de Instrucción Pública, conocida como Ley Moyano: contempla todos los niveles educativos. Preocupándose
por el desarrollo complejo y coordinado de la administración escolar,
eliminando así ciertos principios que defendía Quintana. La enseñanza superior
y profesional no está financiada por el Estado, la primaria correrá a cargo de
los municipios y la secundaria la provincia.
Enseñanza primaria:
es declarada obligatoria desde los 6 hasta los 9 años, aunque permite la
educación doméstica. Tienen un currículo muy recortado donde a niños de zonas
rurales o de ciudad se les enseñan cosas diferentes por los recursos, aunque
incluye la educación de la mujer. Existen ciertos manuales que fija el
gobierno, así como libros de lectura. Se determinó la creación de una Escuela
Normal para maestros en cada capital de provincia y se anunció que se procurará
que establezcan Escuelas Normales para maestras. Con el espíritu centralista se
creó la Escuela Normal Central en Madrid.
Enseñanza secundaria:
podía seguirse en el hogar, comprendía estudios generales y de aplicación. Los
estudios generales o Bachillerato se comenzaban a los 9 años y se estructuraba
en dos ciclos: 1º enseñaban materias ampliando lo de la escuela y 2º ofrecía
unos conocimientos principalmente humanistas. La libertad de enseñanza permitía
la creación de establecimientos de segunda enseñanza, siempre que se cumpliera
con una serie de requisitos y exigencias académicas, morales y financieras.
El
nivel académico más alto eran las Universidades,
la enseñanza superior y enseñanzas profesionales. La enseñanza superior comprendía los estudios de ingeniería y
arquitectura, mientras que las enseñanzas
profesionales abarcaban estudios de veterinario, profesorado mercantil,
náutica, magisterio, etc.
La
Ley Moyano dejó ben atado el sistema escolar basándose en un organigrama
piramidal y jerárquico que colocaba al frente
de la enseñanza al Ministro de Fomento, asistido por el Consejo de Instrucción
Pública como asesor y a la Inspección para el control y ejecución.
Desde
el 1857 hasta 1970 no hubo en España otra Ley general de Instrucción Pública,
fue modificada en muchas ocasiones.
v Nuevas
instituciones docentes del Sistema escolar:
I.
La institucionalización de la
enseñanza primaria:
Desde
finales del siglo XV hasta finales del siglo XVIII, se desarrolló en España un
tipo de escuela denominada escuela de
primeras letras, en ella lo esencial era
la enseñanza cristiana, iniciar en la lectura, el manejo de las 4 reglas
de aritmética y la enseñanza de la escritura mediante muestras. Los maestros
también se llamaban maestros de primeras
letras, cuya función principal era enseñar a escribir.
Con
el contexto histórico que se da en España se contribuye a crear y regular un
nivel de enseñanza en la base del sistema escolar, la instrucción primaria, destinada
a proporcionar a todos los ciudadanos los conocimientos elementales básicos
para desarrollarse como personas y transformarse en mano de obra capaces de
cooperar con el despliegue industrial.
Otro
factor que ayudó fue la formación de maestros, la selección más pedagógica de
estos, el uso extendido de manuales y libros escolares. Además de la existencia
de Comisiones y Juntas municipales, la preocupación que había por el local y
menaje de la escuela, la programación de actividades, los premios y castigos,
los métodos de enseñanza, etc.…
La
enseñanza primaria fue implantándose poco a poco a lo largo del siglo XIX.
II.
Las Escuelas Normales:
Diferentes
etapas y años, en las que vemos como se fue avanzando en la formación del
profesorado:
-1839
se inauguró la primera.
-1771
se estableció por primera vez los requisitos y circunstancias para que un maestro
pudiera ejercer como tal.
-1780
se pone en marcha una institución para la formación y perfeccionamiento
profesional. Academia Pública según
los estatutos del entonces recién creado Colegio
académico de profesores maestros del noble arte de primeras letras.
-1786
la Corona promovió y autorizó la Academia
particular de profesores de primeras letras y aficionados a este arte,
integrada en el Movimiento de San
Ildefonso.
-1806
Real Instituto militar pestalozziano dónde
se impartía el método de Pestalozzi.
-1818
La Escuela de Enseñanza Mutua
considerada como una escuela central para la enseñanza del método mutuo, que
más tarde en 1821 se hace llamar Escuela
Normal de Enseñanza Mutua.
-1839
por fin se abrió la primera Escuela Normal en Madrid, bajo el nombre de Seminario central de maestros del Reino. Se
rigió por un Reglamento que había sido aprobado con anterioridad a la misma
apertura del centro en 1837. Se enseñaba a futuros maestros materias como
Religión y Moral, Lengua castellana, Aritmética y Elementos de Historia
Natural, Geografía e Historia, Lectura y Escritura. Tenía un carácter
pedagógico de los “Métodos de enseñanza y de Pedagogía” y “Principios generales
de educación moral, intelectual y física.”
En
poco tiempo fueron creándose en cada provincia Escuelas Normales.
-1849
se creó la Inspección de Instrucción
Primaria, para controlar y vigilar su desarrollo, y se limitó a 30 el nº de
Normales.
-1857
con la Ley Moyano se vio respaldada
la existencia de Escuela Normal para
varones por provincias y recomendaba que se abrieran también para mujeres.
III.
La Inspección de la Enseñanza
Primaria:
En
1849 se creó la Inspección de enseñanza primaria, para optar a un cargo se
debía haber cursado tres años en la Escuela Normal Central y ejercido
magisterio durante 5 años al menos. A la primera selección de personal solo
podían presentarse los directores y maestros de las Escuelas Normales. Había un
inspector por cada provincia y 6 inspectores generales.
En
ese mismo año se aprobó el Reglamento para los inspectores de instrucción
primaria del reino, cuya misión era enterarse de cuanto tenga relación con el
personal de los maestros, a fin de conocer el grado de instrucción que
alcanzaban, su aptitud, su moralidad, su celo por la enseñanza, el concepto de
que gozan y demás que merezca saberse. También deberían enterarse del estado de
los materiales escolares, el orden y disciplina, los métodos que utilizaban así
como los libros, y comprobar el avance del alumnado. En 1849 también se
establecieron las reglas a seguir por el inspector. La Instrucción para la visita de inspectores generales se expuso en
1851, donde se decía las escuelas que debían vigilar (Escuelas Normales,
escuelas públicas de las capitales, Academias de maestros, las Secretarías de
las Comisiones superiores y todos los actos y operaciones de los inspectores
provinciales.)
Esta
institución ayudó a resolver problemas de competencias y a perfilar los cauces
por donde debía ir la administración general y escolar.
IV.
Las escuelas de párvulos:
La
primera escuela de párvulos de España, además de educar a los niños, sirvió
para la formación de maestros que luego regentarías otras escuelas. Tenía una
función muy importante social, ya que fue una de las primeras instituciones en
ayudar a la mujer trabajadora.
En
el Plan de instrucción primaria de 1838 se afirmaba que el Gobierno procuraría
escuelas de párvulos. Pablo Montesino lucho y trabajo mucho por las escuelas de
párvulos la primera se abrió en Madrid en 1838 en la calle Atocha, a la que se
llamo Virio. Posteriormente se fueron creando otras en diferentes barrios madrileños.
Estas escuelas tenían inspecciones realizadas por la Junta de Damas de la
SEPMEP.
Como
anteriormente se ha mencionada Pablo Montesino fue el principal promotor de
estas escuelas, ya que era un experto de esa educación y autor del primer Manual para los maestros de escuelas de
párvulos, publicada en 1840.
En
este manual se habla de las primeras escuelas de párvulos creadas en Europa,
era una guía para la enseñanza de párvulos y un serio manual de Pedagogía para
cualquier maestro.
Pablo
Montesino nació en Zamora en 1781 y murió en Madrid en 1849. Defendió la
enseñanza mutua para hacer realidad una enseñanza para todos, así como el
derecho de la mujer a la educación, a una educación como la del hombre. Llegó a
ser el pedagogo español más importante de la primera mitad del siglo XIX.
Defendía la educación de los sentidos defendida por Locke, así como recibió
influencia de Comenio, Rousseau, Pestalozzi y por la filosofía kantiana o la
tesis del inglés W.Paley. Propuso la educación integral donde el individuo se
desarrollase en todas sus dimensiones: física, moral e intelectual. El
currículo que propone se caracteriza por el equilibrio entre el realismo y el humanismo,
incorporando el estudio de las ciencias aplicadas. Parte de tener en cuenta el
proceso de evolución del alumno y rechaza la prioridad de las definiciones y
verbalismo. Para Montesino la educación de párvulos (2 a 6 años) debe
proporcionar ante todo hábitos saludables de toda especie y debe dedicar una
atención especial a la educación de los sentidos y el juicio.
V.
La configuración de la enseñanza
secundaria:
En
1809 Jovellanos en Bases para un plan de Instrucción Pública comenzó a hablar
sobre la enseñanza secundaria y utilizó el término Instituto.
Quintana
diseñó las bases legislativas de esos estudios medios, les asignaba una
finalidad doble: preparar en las ciencias para una profesión liberal y conectar
con todos los conocimientos útiles y agradables, asegurando que tenían un
carácter propedéutico para la Universidad. Los contenidos, en una línea de
equilibrio entre ciencias y letras se concentraban en 3 grandes áreas: la
Física- Matemática, la de Literatura y Artes, y la de Ciencias morales y
políticas.
Con
la vuelta del Monarca se paso a llamar Latinidad y Humanidades, recuperando el
enfoque de siglos pasados. En 1836 María Cristina y el Duque de Rivas se
contempla esta enseñanza con un nivel elemental y otro superior, dando por
nombre a los centros Institutos. En el 1845 se distingue entre la elemental y
la de ampliación, también distinguieron institutos de primera, segunda y
tercera clase.
La
Ley Moyano se encargó la financiación de los institutos a las provincias,
reconoció 3 categorías de instituto y estableció un examen de ingreso a los 9
años, donde estaba el periodo elemental de duración de 2 años, y el superior de
4 años de duración. Aprobó un currículo predominantemente humanista, concedió
la libertad de enseñanza, y del control ideológico de los textos, es decir, no
dejo nada al azar.
En
1847 se creó un establecimiento para la formación de profesores, que en 1850 se
perfeccionó denominándose Escuela Normal de Filosofía, y cuyo fin era formar
profesores para los institutos. El director de esta escuela fue el catedrático
de Psicología y Lógica del Instituto de San Isidro de Madrid, Fernando de Castro.
Se tuvo que esperar varias décadas para que se fundara otra institución con el
mismo fin.